No estamos solos...

¿Cuántas veces se repitió la misma situación y cuántas veces dijiste por qué a mi?
Bueno, tranquilo/a, no estás sólo/a (y no es un aviso de un partido humanista), esas cosas que te pasan, mínimas en la vida pero que alcanzan para arruinarte un momento o empeorar un día malo, nos pasan a todos...

1.10.09

La razón de la existencia (o "la dicha es mucha en la ducha")

Si voy a empezar a escribir máximas del odio humano por situaciones que arruinan momentos o los complican aún más, y que despiertan nuestra rabia más irracional y superflua, lo justo sería empezar por aquella que disparó la creación de este espacio de terapia virtual:

-"Que odio que me da... entrar a la ducha (y no hablo de cualquier 'ducha' sino aquellas que realmente tenemos ganas de darnos) e, inmediatamente después de que el agua te empapa, darte cuenta que  está tibia para pasar a un próximo estadío de enfriamiento total que te da dos opciones, o salís y esperás a que caliente o te duchás rápido y arruinás la tan ansiada ducha que te querías dar"

Cómo para que haya cierta lógica cada posteo va a ser temático, asique a continuación cuatro más de esas cosas de la ducha que te atragantan la vida:

-Una variante de la primer situación es quedarte sin agua al minuto de estar bajo el agua sin previo aviso (a veces es obvio que falta agua pero otras veces la muy turra de la ducha tira con todo hasta CASI el final).

-Buscar el shampoo por toda la ducha, mojar todo el baño buscando en diferentes cajones, y finalmente encontrar el tan preciado elemento para darte cuenta que es el antiscaspa que tanto odiás!(Citando a un famoso filósofo-matemático bañeril: "La amplitud del humedecimiento del baño es una variable dependiente a la cantidad de lugares que tenga el ambiente para guardar artículos de higiene.")

-Darte cuenta que te fuiste a duchar en tal nube de pedos que te olvidaste de llevarte todo, incluyendo toallón. Salís, mojando toda la casa, justo que estás agarrando el toallón suena el teléfono y estás tan cerca que tenés que atenderlo. Ahora no sólo mojaste la casa, el teléfono y seguramente algún papel importante, sino que te estás cagando de frío porque el llamado te impide volver rápido al baño. Cuando finalmente podés volver te patinás, te caés y todo frío sabemos que cualquier golpe duele mucho más.

-Entrás a la ducha, te empezás a bañar pero, gracias a la obra y gracia del cambio térmico, tus intestinos se mueven y el llamado de la naturaleza es urgente; tenés que salir, mojar todo, sentarte más mojado todavía en el trono a responder ese llamado(es tanta la urgencia que ni secarte podés)y encima sin el acostumbrado material de lectura que en tantas aventuras escatológicas te ha acompañado.